Pablo Fernández bate su sexto Récord Guinness: nada 104,4 km a contracorriente en 24 horas
Pablo Fernández se sobrepuso a todo para conseguir su sexto Récord Guinness nadando más de 102.8 km en una piscina a contracorriente durante 24 horas
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Pablo Fernández lo ha vuelto a hacer. A las 10:30 horas de este jueves 20 de abril de 2023, el madrileño batió su sexto Récord Guinness nadando 104,4 kilómetros en una piscina a contracorriente durante 24 horas. Hubo momentos duros, especialmente durante la noche en los que se le hizo eterno, pero Pablo no se rindió nunca y consiguió batir los 102,8 km en los que estaba establecido el récord anteriormente.
El empresario saltó a la piscina a las 11 horas del miércoles 19 de abril dispuesto a batir su sexto Récord Guinness, con el objetivo de dar visibilidad a la Fundación Clicollege, cuyo objetivo es ayudar a niños con grandes barreras socioeconómicas para que consigan el mayor desarrollo personal y profesional posible. Y lo ha conseguido. Además, se ha convertido en el nadador español con más Récord Guinness de la historia.
La prueba tuvo lugar en una piscina instalada para la ocasión en el Colegio Santa María de los Apóstoles de Carabanchel, a sólo 500 metros de donde nació Fernández. No era una piscina cualquiera ya que se trata de una pequeña de 5×3 metros con una máquina que echaba una corriente de 4 km/h, tal y como marcan los estándares oficiales del Libro Guinness de los Récords.
Pablo sólo podía parar durante cuatro minutos cada hora para alimentarse, ir al baño, descansar, estirar… Durante el día, con el apoyo de los cientos de niños del colegio, fue más llevadero. De hecho estaba por encima del récord al alcanzar la medianoche. Según ha reconocido el propio Fernández en declaraciones a este periódico, «a las 2 de la mañana he tenido un bajón». «Tuve un problema en el estómago, empecé a sentirme cansado y estaban bajando mis tiempos. Me dio el típico bajón que dices: «Ya no llego». Al final me motivaba con la siguiente comida. Momentos duros siempre hay pero la clave es continuar y no tirar la toalla».
Y eso hizo. Siguió adelante y brazada a brazada logró engañar al cerebro y combatir ese momento complicado en el que parecía que todo se iba al traste. En ese instante, Pablo Fernández pensó en los 600 niños que estaban ahí apoyándole y que habían madrugado para verle. No quería defraudarles. El español reconoce que ellos le dieron «esa gasolina extra para conseguir el récord».